Parte 2


Capítulo 2: El hombre más fuerte del mundo.

Pasaron dos años desde la muerte de Son Gohan. Goku continuó su tarea, y una buena parte de la zona este de la Tierra había sido abatida. En ese tiempo, el nombre de Son Goku, ya inspiraba pánico a nivel mundial, se hablaba de él en la TV, radio, periódicos, etc. Todo el mundo estaba pendiente del niño demoníaco, como algunos lo llamaban, y la necesidad de saber dónde se encontraba para no coincidir con él, era casi obsesiva.

Incluso en mitad del océano, en una diminuta isla, había una casa en la que podía leerse "Kame House". Allí, apartado de toda civilización, vivía el hombre más fuerte del mundo, también conocido como Duende Tortuga o, simplemente, Mutenroshi. Este anciano, de edad incierta, llevaba una vida tranquila... hasta ahora. Un día, se le ocurrió encender la radio para escuchar las noticias sobre Son Goku.
Las atrocidades que describía el locutor no dejaron impasible a Mutenroshi que, harto de tanta violencia, decidió pasar a la acción.
Cambió su camisa hawaiana y sus bermudas por un traje más apropiado para el combate, dejo la Bola de Dragón de tres estrellas en un cajón, y se puso un pesado caparazón.
-¡¡KINTON!!- gritó el duende tortuga mirando al cielo. Desde el punto más alejado del firmamento, una nube dorada apareció a toda velocidad y frenó en seco delante de él. El ermitaño, dio un salto para subir en la nube pero, tan rápido como había subido, cayó. Enseguida comprendió que, su obsesión por las mujeres había ensuciado su corazón y ya no era digno de montar en Kinton.
-Cht... Pues, entonces... ¡¡Mini-Gamera!!- repitió el gesto, se quedó mirando al cielo y, esta vez, apareció una extraña criatura que se acercaba dando vueltas sobre sí misma. Con gran parecido y tamaño al de una tortuga marina adulta. Acto seguido, subió al lomo del animal y ambos partieron del islote rodando sobre sí mismos.

A unos pocos kilómetros de la Capital del Este, había una pequeña aldea de un centenar de personas que estaba siendo atacada por Son Goku.
-¡Ya basta! Salid de vuestros escondrijos.- gritaba el niño a los desafortunados aldeanos que aún quedaban con vida.
Justo en ese momento, Mutenroshi llegó al lugar, bajó de minigamera tambaleándose durante un breve instante.
-¿Quién eres tú, viejo? ¡Ah, espera. No me lo digas! Eres el que va vencerme y bla, bla, bla...- decía Goku con notable aburrimiento.
De repente, los pocos aldeanos que se escondían por la zona, echaron un vistazo para ver quién era el valiente que se atrevía a plantarle cara al temido crío.

-¡¡Es Mutenroshi, el duende tortuga!!- decía un aldeano mientras le señalaba.
-¡Estamos salvados!- gritaban varios de ellos. Pues, por todos era conocido que aquél hombre había ganado varios Torneos Mundiales de Artes Marciales en el pasado y, sin duda, era el hombre perfecto para acabar con la amenaza. Sabía que el mundo confiaba en él, no podía decepcionarles.
Goku mantenía fija su seria mirada en su nuevo adversario. De pronto, Mutenroshi se abalanzó a gran velocidad sobre el pequeño que ni siquiera tuvo la oportunidad de verlo venir. Recibió un tremendo codazo en la cara y, acto seguido, una ráfaga de puñetazos impactaba por todo su pequeño cuerpo. Cuando logra zafarse del ataque, Goku, lleno de magulladuras, da unos cuantos pasos hacia atrás. Coge aire hasta llenar al máximo sus pulmones, para lanzar un grito desgarrador lleno de rabia a la vez que va corriendo hacia Mutenroshi.
Los dos luchadores se enzarzan en una pelea dura. Las patadas, puñetazos y cabezazos se reparten a partes iguales. Poco a poco y a medida que avanza el combate, Goku empieza a adaptarse a los movimientos del duende tortuga. Éste se percata en cuestión de segundos, la manera de moverse en combate le es muy familiar.
-¿Dónde has aprendido a luchar así?- pregunta el anciano iniciando una pequeña tregua.
-El viejo... aprendí algunas cosas con él.- respondía Goku haciéndose el interesado.

-"¡Es justo lo que pensaba! ¡¡Este niño es el bebé que recogió Son Gohan!! ... Lo siento, amigo. Siento no haber hecho algo antes para impedirlo. Descansa en paz."- pensó Mutenroshi, recordando a su mejor discípulo, viejo amigo y gran persona.
Pero no era el momento para lamentaciones, el niño que tenía frente a él era un verdadero peligro y en futuro acabaría convirtiéndose en la pesadilla de la humanidad. Había llegado el momento de terminar el combate.

-¡Prepárate! Vas a conocer una técnica que me costó perfeccionarla 50 años.- dijo Mutenroshi alardeando de su experiencia, justo de lo que el pequeño carecía.
El duende tortuga se quitó la parte superior de su vestimenta y empezó a reunir energía mientras Goku no le quitaba el ojo de encima. De pronto, aquel anciano con aspecto enclenque adquirió una gran masa muscular que le hacía parecer el doble de grande, para sorpresa de Goku.
Mutenroshi movía las manos de forma extraña y gritaba al mismo tiempo:
-Ka... Me... Ha... Me...-
El pequeño adoptó pose de defensa, no entendía muy bien qué estaba haciendo su adversario, pero prefería protegerse por lo que pudiera pasar.
-¡HAAA!- gritó Mutenroshi y a la vez que extendía sus brazos hacia Goku, una gran ráfaga de energía azulada, se dirigía rápidamente hacia Kakarotto. Éste no tardó ni un segundo en darse cuenta de que era imposible detener el ataque, así que se apartó en el último momento. El KameHame pasó a escasos centímetros de Goku, y gracias a su velocidad consiguió salvar la vida. Quedó totalmente sorprendido ante lo que acababa de ver, y él también quería aprender a usar su energía de ese modo.

-Ahora me toca a mí.- desafío Goku, adoptando la típica posición para realizar la técnica.
-Ja, ¡imposible! Hay que entrenar mucho para controlarla...-

Repitiendo los mismo gestos que había hecho el duende tortuga, Goku consiguió lanzar un Kame Hame Ha de un tamaño y poder muchísimo menor que el original.
Mutenroshi esperó a que el ataque de su oponente estuviera a punto de tocarle y, con un simple manotazo, desvió la onda de energía hacia el cielo.
-¡Lo he conseguido! ... Lástima que no haya podido hacerle daño.- Se dijo Goku a sí mismo sintiendo un gran agotamiento.
-"¿Cómo es posible? Yo necesité 50 años para desarrollar el Kame Hame, y este mocoso lo ha dominado con tan solo verlo una vez... ¡Estoy realmente impresionado, es un guerrero fuera de serie!"- pensó el maestro con cierta preocupación.

Y en ese instante, Mutenroshi aprovechó el cansancio de Son Goku para propinarle un par de golpes con gran fuerza que dejó al pequeño fuera de combate. El chaval, acabó tirado en el suelo, con mil y una heridas y sin poder moverse. El combate había terminado y ya había un claro vencedor. El duende tortuga se acercó al pequeño poco a poco, se puso junto a él y le dijo con un tono de voz muy calmado:
-Esta vez no te mataré. Quiero que aprendas lo que significa una derrota. La humillación que se puede llegar a sentir al haber perdido un combate, y que además, tu oponente ni siquiera te mate porque no te considera peligroso. Piénsatelo bien antes de seguir el camino que llevas, porque si sigues así, lo siguiente será la muerte... ¡Es la única oportunidad que te doy! ¡En tus manos está tu destino!-
Y tras estas palabras, Mutenroshi recogió su chaqueta y se fue andando tranquilamente de aquella ruinosa aldea en la que nunca más viviría nadie.
El discurso del maestro, caló hondo en Goku, pero éste tenía muy claro sus objetivos y ni se le pasaba por la cabeza tomar el camino del bien. Solo pensaba en volverse más fuerte para poder derrotar al hombre que le había vencido.

Unos pocos minutos después, cuando ya se había recuperado un poco del cansancio acumulado por la pelea, se levantó y mientras abandonaba aquella aldea por el lado opuesto que había tomado Mutenroshi momentos antes, reía y decía: -Perdonarme la vida es un grave error. ¡Me haré más fuerte y te venceré!-


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1 comentario:

  1. Similar a lo del castillo de Ox Satan, ve la tecnica y la aprende, se nota que Muten Roy es viejo y ve las cosas de otro modo, de ser mas joven no le hubiese perdonado la vida

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